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Prefiero ser libre a esperar que llegue un príncipe

AVISO DE AVERÍA

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Saludos. Las máquinas a veces se vuelven caprichosas, cobran vida y toman sus propias decisiones. Eso fue lo que pasó con uno de los ordenadores y dos de los discos duros donde estaban grabadas vuestras visitas a la casa. Hemos buscado una clínica de «cacharritos» y estamos intentando recuperar lo más posible. Se perderán algunas grabaciones, pero ya hemos empezado de nuevo a colgar lo que vamos salvando. ESTOY TRISTE, MUY TRISTE PERO… POR DESGRACIA NO PUEDO HACER MÁS.

Una lista para quienes se pasan de lista y de listo

Niña colaboradora

La casa es cosa de todos y de todas.  Pero todavía hoy en muchas casas quienes más trabajan son las mujeres.

¿Se puede hacer algo para evitarlo? Sí.

  • Primero, negociar. Nada de peleas. Sentarse alrededor de una mesa y hablar.
  • Luego se hace una lista de las tareas que hay que hacer en casa.
  • Se ve el tiempo libre que cada cual tiene y se reparte el trabajo, dejando por escrito quién va a hacer cada cosa.
  • Se hace un calendario diario y se cuelga en un lugar muy a la vista.
  • Si las tareas se cumplen… ¡fabuloso! Nos besamos y nos felicitamos. Y si no se cumplen nos volvemos a sentar y, con toda la paciencia del mundo, volvemos a hablar para que todo el mundo cumpla su parte.

Es buenísimo también hacer una lista de las ventajas de que todos y todas colaboremos  en casa: por ejemplo, tener más tiempo para estar en familia, poder salir o hacer deporte…  y es que no hay porqué abusar de quien nos quiere.

¿Un poquito de música? ¿Te gusta el beatbox?

No sé si te gusta la música hecha sólo con la boca, eso que se llama beatbox. A mi me encanta. Aunque no quiero ni pensar cuánto habrá que ensayar para llegar a hacer lo que hacen los colegas del video. Ahora, eso sí, una vez que aprendes la gente alucina contigo. ¿O no? Mira, mira y escucha el video

Sorpresa -desagradable- con las hamburguesas.

Hamburguesa insana. Sally Davies Project

¿A quién no le gusta una hamburguesa? Bueno, pues a quien no le gusta el sabor de la carne. O a quienes pasan de comerla porque piensan más en el sufrimiento de los animales.

Pero la cosa se complica con esto que te cuento aquí. Hay una fotógrafa que se llama Sally Davies que ha estado tirándole fotos a una hamburguesa Mac Donald´s durante días y semanas y meses… ¿y sabes qué pasa? Que no se pone mala, que no se pudre. ¿Y que como puede ser? Una cosa está clara: esa hamburguesa, que es como la que nos comemos nosotros y nosotras, está hecha de algo que desde luego no es sólo carne. En fin, que lo comparto para que nos lo pensemos la próxima vez que vayamos a tomar algo así. La salud es importante, ¿no?

Mira, aquí tienes todas las fotos de Sally.

Tienen un buen motivo para subirse a los tacones

Marcha contra la violencia de género

Vi la foto y me pareció curiosa y divertida. Pero luego cuando leí porqué los hombres iban con tacones… la idea me pareció todavía mejor. Te cuento…

Esto pasa en Toronto, una ciudad de Canadá. Allí desde hace algunos años cada 27 de septiembre hay hombres de todas las edades que salen a la calle a caminar con tacones. Y tú dirás, ¿porque? Pues porque es una manera de ponerse en la piel de las mujeres. El rollito se llama «Camina una milla en sus zapatos». (Una milla es 1,6 kilómetros) Todo tiene que ver con una idea muy simple y a la vez muy bonita: «No se puede entender a nadie -dicen ellos- hasta que no haces un esfuerzo por sentirte como esa persona durante un rato».

Así que… nada, chicos solidarios que salen a la calle con sus tacones para pedirnos a todos y a todas que abandonemos la violencia hacia las mujeres e intentemos pensar en cómo se sienten las víctimas. Un beso desde aquí a todos estos «taconistas solidarios» (Y mira que me gustan a mí poco los tacones).

Y pensará que está guapa… ¡Qué horror!

Nerina Orton. Cintura de avispa.

Cada cual que haga con su cuerpo lo que quiera. Así lo veo yo. Pero hay gente que se pasa y se pone en peligro.  Mira la mujer de la foto. Se llama Nerina Orton y es famosa por tener una de las cinturas más chicas del mundo. ¡¿La has visto?!¿Y no da un poco de miedo? Bueno, buscando información sobre ella he encontrado un video en Internet que explica cómo lo ha hecho. No sé a ti, pero a mí me parece que esto es un modo de hacerse daño.

Abuelas buceadoras

Se las llama haenyeo (Nujeres del mar), viven en oriente, en la isla Jeju de Corea; donde sólo ellas y no los hombres son quienes bucean en busca de marisco. Hay casi 5000 y muchas tienen más de 60 años.

Como llevan haciéndolo toda la vida saben que no tienen que coger del mar más de lo que necesitan, así que en su zona siempre hay pescado. Y lo cuento aquí porque lo que más me ha llamado la atención es la sonrisa de la abuela de la foto. Se llama Song Hwan Go, tiene ¡67 años! y bucea a pulmón libre, nada de bombona de oxígeno. ¿No es impresionante?

Haenyeo, mujer buceadora de Corea.

Puede que sean bonitos, pero de cómodos nada de nada

Zapatito de cristal para Cenicienta

Desde fuera puede que vea sean bonito. Pero cómodo, lo que se dice cómodo o saludable un zapato como éste no lo es.

La verdad es que los zapatos con tacón no es una moda de ahora. Yo creo que al principio, en la prehistoria, pues usarían la piel de los animales para forrarse los pies y no pasar frío ni hacerse daño. Y luego seguro que alguien se dió cuenta de que podían llevar suela y eran más cómodos. Ya después llegó el listo o la lista que le puso una suela más gordita por detrás y ahí se lió todo.

Porque dicen que los zapatos con tacón te hacen más elegante, pero te aseguro que si los pruebas lo que te hacen es daño. LOS TACONES NO SON BUENOS PARA LA ESPALDA, eso lo saben hasta los camellos. ¿O tú has visto alguna vez un camello con tacones? Jajaja.

Bromas aparte, los de Cenicienta eran DE CRISTAL, así que no me extraña que al correr perdiera uno. Aunque esto del cristal es lo que contaba Charles Perrault y lo que luego sale en la peli de Disney. ¿Sabes que otro cuento de la Cenicienta donde el zapato es de oro y el final es terrible? Te lo cuentan aquí los Hermanos Grimm.

¿Y si contamos las historias de otro modo?

"El Ceniciento", by Daniel Prats.

«El Ceniciento», by Daniel Prats.

Ayundándome de esta foto de un señor que se llama Dani Prats, se me ocurre un juego: contar los cuentos al revés.

A ver, puede ser divertido empezar por el final y llegar al principio. Pero lo que de verdad puede ser muy extraterrestre escontar el cuento cambiando los sexos. O mejor dicho, los géneros. Por ejemplo, ¿Cómo sería la historia si Cenicienta en vez de ser una chica fuera un chico? Venga, empiezo yo…

«Érase una vez una mujer a la que se le murió el marido y se casó con otro hombre. Esta mujer tenía un hijo muy guapo y muy bueno al que el padrastro le tomó manía y, lleno de celos por su belleza y bondad, mandó matar. Pero a la muchacha que mandó que matara al niño le dió pena y le dejó escapar. Perdido en el bosque, el niño dió con la casa de siete enanitas que trabajaban en una mina sacando diamantes… » ¿Sigues tú?

Saltar a la comba. Juego de chicos… y de chicas (II)

Ayer compartía un video en el que se veía a un chico haciendo maravillas con una comba. Pues… prepárate porque aún tengo algo mejor. Mira el vídeo y piensa cuánto tendrías que entrenar para hacer lo que hace esta chica: saltar 162 veces seguidas en ¡30 SEGUNDOS! Vamos, es lógico que consiguiera un record Guinness.

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